martes, 11 de agosto de 2009

Secretaria vieja y amargada

Dios me libre. No quiero que el paso del tiempo me convierta en esa secretaria vieja y amargada que lleva toda su vida en la misma empresa, que presume de eficiente y relata una y otra vez cada gestión exitosa y cada felicitación de su jefe, a quien quiera y tenga la paciencia de escucharla. No quiero ser la viejuja poco amable, a quien da miedo pedir un favor, que no acepta regalías ni los vales de almuerzo, para cuidar el presupuesto de la compañía, y que dice trabajar por gusto, no porque lo necesita... Esta señora revisa la impresora cada tanto y mortifica a los demás cada vez que imprimen en color (o peor aún, cuando imprimen cosas personales) porque sale muy caro (sin sospechar que su amado jefecito se gasta ese ahorro miserable en una sola noche de juerga en el Platinum). Dios se apiade de mi. Que el paso del tiempo no me convierta en esa vieja amargada que siempre llega temprano pero es la última en irse, y de paso habla mal de los que se van a la hora, que nunca sale a almorzar para no perder el tiempo, que quiere saber todo lo que pasa en la oficina no por cahuinera sino porque siente que saber es poder. Ella escucha las conversaciones del jefe y cuando es necesario las utiliza a su favor. Vieja zorra y estratega. A ella le gusta corregirte, resaltar tus errores delante de los demás e incluso insultar, siempre solapadamente y cuidando que su propia imagen no se vea perjudicada. Su deporte es hacer cuadritos en la vida laboral de la recepcionista o de alguna secretaria mas joven e inexperta.
¿Será que no podremos evitar llegar a eso y que la menopausia traerá de regalo una vieja insoportable incluida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario