miércoles, 28 de octubre de 2009

Habilidades del género

Es cierto que las mujeres tenemos habilidades para hacer varias cosas a la vez, y es algo que ya se ha dicho bastante:  para ser mamás, administrar ingresos eficientemente, hacer un complejo estudio de mercado para saber en qué supermercado están mas baratos los pañales, encontrar una tijera guardada (que nuestros maridos/hijos nunca pudieron encontrar, pero que bastó que fueras tu para que la tijerita apareciera con sólo abrir el cajón), manejar con sicología las pataletas de la guagua, en fin, para todo lo doméstico y mucho de lo no doméstico también.  Conozco un montón de mujeres muy habilidosas casi para todo lo que se propongan.
 
Pero hay algo que he descubierto, que me inquieta un poco.  Hay algo en lo que reconozco ser un cero a la izquierda, y me temo que no soy la única:  ¿han visto que los hombres de la casa gustan de mantener una serie de equipos junto al televisor?  ¿Han notado que cada uno de esos equipos tiene su propio y despreciable control remoto?
 
Desde hoy me declaro incapacitada para un acto tan simple como encender el televisor ¡Y ni pensar en poner un DVD!  sin tener que llamar a Mauro para que con un control encienda la tele, con otro la DBox, pero el control de la tele ya no se usa para cambiar de canal, eso es con el de la Dbox, pero si quieres poner un DVD, tienes que encender el aparato con su propio control.... y cambiarte al control de la tv para poner cierto canal (creo que es el tres) y...  
 
¿Cuál es la idea? 
 
Después dicen que somos nosotras las que lo complicamos todo...   
 
Ultima hora:   Se dice que los varoncitos comienzan a ejercitar el dedo gordo a muy temprana edad (antes que las niñitas).

viernes, 23 de octubre de 2009

Inflación

 
Dicen que el kilo de guagua está cada día mas caro.
 
Yo tengo exactamente 83 kilos en mi casa.
 
Esto tiene dos lecturas:
 
...o estoy en la ruina.
 
¡O soy millonaria!
 
(Creo que me inclino por lo segundo)

viernes, 16 de octubre de 2009

Un regalo diferente


La Anto estaba en cama, por un resfrío seguramente.
Yo estaba con ella en la casa, aunque era un día de trabajo. 
De repente llegó mi papá a ver a su nieta. 
Venía con las manos juntas, haciendo un hueco entre ellas. 
Le traía un regalo a la princesita.
Llegó donde estaba la niña y abrió las manos: entre ellas había una mariposa. 
¿A quién más se le habría ocurrido?
Le dio tiempo de mirarla de cerca, de posarla en sus manitos.
¿Cuántos niños han tomado una mariposa sin hacerle daño? 
¿Cuántos niños han tomado una mariposa?
Después la fue a dejar de vuelta al jardín.

martes, 13 de octubre de 2009

La foto que no tomé


Lunes 12 de Octubre, el regreso de un fin de semana largo de playa, en la casa de los tatas. Autopista del sol, 18:00 hrs.  calor, taco, lata.  Los tres porotines durmiendo en el asiento trasero del auto, el mayor, ya entrando en la preadolescencia pero tan niño todavía, todo chueco, apenas cabe, por hacerle espacio a su hermana; la princesita, preciosa ella, sentada con sus ojitos cerrados, y el bebé, en su sillita especial,  mojado en transpiración.
Todos con carita de ángeles, todos con las mejillas coloraditas, todos soñando con el rico fin de semana. Y mi cámara en la maleta, cero posibilidad de acceder a ella sin despertarlos.  Me hubiera gustado poner una foto de ellos aquí, y congelarlos así, durmiendo, mientras todavía son chiquititos y los tengo bajo mis alas de mamá gallina.  Quién sabe si se repetirá este momento cálido y feliz, a ver si tengo la posibilidad de nuevo, de tomar la foto que me perdí.


martes, 6 de octubre de 2009

Las lukas y yo


Antes, en tiempos muy pretéritos, a las mujeres en los colegios se les enseñaba "economía doméstica".  Digo "en tiempos muy pretéritos" porque a mí no me tocó, pero ahora que soy mamá-mujer-trabajadora, me doy cuenta que pucha, lo necesitaba. 

Y aquí estoy, recién a 06 de octubre (me sobran exactamente 25 días antes de llegar a fin de mes) y ya estoy viendo cómo se va el agua entre mis dedos.  

Mi presupuesto no es malo, lo malo es la cantidad de gastos que tengo, y aunque me avergüence un poco lo debo decir:  la cantidad de debilidades.
 
Y eso que no soy adicta a las tarjetas de crédito, escasamente tengo un par de deudas.  A palos aprendí que así tenía que ser.

Soy malabarista, sí.  Aunque a veces se me caen las clavas en la cabeza.

Admiro a esa señora a quien siempre le alcanzaba la plata que le pasaba el marido, a pesar de no ser mucha, para que nunca faltara nada en la casa, y los niños siempre tuvieran lo necesario para vestir, estudiar y sacar fotocopias, y más encima se las arreglaba hasta para tener su ahorrito escondido.  Cada vez que se necesitaba algo extra ese ahorro salía de las profundidades, a salvar la situación. 
Esa especie de mujer está en extinción, creo yo.  

Conozco los dos últimos ejemplares muy de cerca:  mi mamá y mi suegra. 

Mi mamá es maestra en estas lides, sin embargo, por alguna razón no me enseñó bien, ya que yo no poseo su arte....  un día entrevisté a mi papá al respecto y  me confesó que él era muy tentado y bueno para comprar cosas que a veces no eran necesarias (pero estaban a dos por mil) y hacían que se le fueran las lucas de las manos, sin embargo mi mamá evitaba con firmeza de Rottweiler todo tipo de tentaciones, y no aflojaba ni al Santo Padre las lucas destinadas al ahorro.  (suspiro) Ojalá yo tuviera esa férrea oposición al gasto.

El otro ejemplo es mi suegri, quien es tan, pero tan seca, que su capacidad de orden y ahorro le ha permitido viajar a Europa tres veces. 

Hay familias que a lo mejor no necesitan andar contando pesos más o  pesos menos, pero mi teoría (comprobada en carne propia) es que a más ingreso, se crean más necesidades (muchas veces ficticias) lo que origina más gasto. 

Lo que es uno, ya con una carrera y una familia formada, sigue dando chutes con los pesos tratando de que no sobre tanto mes, sino que se alarguen mas los billetes.       

lunes, 5 de octubre de 2009

Enamorada...


Estoy viviendo un idilio como de película.


Se trata de un amor eterno, decidido, capaz de luchar contra cualquier cosa, de cruzar abismos si es necesario.  Ciego, incondicional e infinito.


El es de lo más romántico:  me despierta cada mañana con besitos en los ojos, escoge de su plato los bocados más tiernos y me los da en la boca, me mira con adoración y como si fuera única en el mundo. 


Su sonrisa me desarma.


No tengo ninguna duda de que soy la persona más importante para él, sin embargo, sé que llegará el día en que se vaya con otra, aunque aún así mi lugar no lo ocupará nadie.  Por ahora, siempre busca mi mano y quiere que lo acompañe a todos lados.


Nos miramos... y no necesitamos hablar porque hay un lenguaje secreto de códigos que solo él y yo entendemos.


Cuando tenemos que separarnos, mi corazón se rompe con sus lágrimas, pero nuestras mentes siguen conectadas.


Nos adoramos, nos buscamos, nos necesitamos.  Ya no estoy completa si él no está presente, ya es parte de mí.


El tiene un año y medio y su nombre es Santiago.

viernes, 2 de octubre de 2009

Con el viejazo....

Ayer mientras esperaba que se desocupara un baño en la universidad, me encontré con una chica de unos 18 años que esperaba a que su amiga terminara de hacer lo que estaba haciendo... 
De repente, la amiga, desde dentro del baño le dijo: 
 
- "Galla!!! tengo algo que contarte!!!!  ¿hay alguien afuera?  
 
La niña me miró y le contestó: 
 
- "sólo una señora" 
 
¿¡!?
 
Golpe certero y directo.  35 años encima mío.
 
"Una señora", "señora".... noooooo. 
¿en qué minuto me transformé en una señora?   ¿cuándo comencé a trabajar?
¿cuándo me casé?
¿cuándo tuve hijos?  ¿cuál, el primero o el último? 
¿cuándo dejé de escuchar la rock n' pop?
¿cuándo? 
¿cuándo dejé de comprarme cosas de hello kitty?
¿o cuándo se me rompieron las north star? 
¿cuando carretear el sábado me empezó a dejar mal toda la semana? 
¿cuándo me empezaron a salir canas?  
¿o cuándo entendí que el camino no era endeudarse sino ahorrar? 
 
 
No quiero ser una señora.  Tampoco una ridícula vieja lola de cartera aleopardada y botas...  
¿es cierto que la edad se lleva por dentro?
 
Para que sepan, yo me siento igual que antes.  Es mas, soy harto cabra chica para mis cosas:
 
No me resisto a un chocolate.
A veces peino y visto las Barbies de la Anto. (eso es grave)
Pongo peluches sobre mi cama.
Todavía tengo mi osito de la infancia.
Me tiro al suelo a jugar con mis hijos.
Tengo un lápiz de las princesas en mi cartera.
Hay días en que me taimo y me pongo mañosa.
Me gusta ver Hi-5
 
Si. A los 35 años, sigo siendo yo.
 
Saludos!