viernes, 16 de octubre de 2009

Un regalo diferente


La Anto estaba en cama, por un resfrío seguramente.
Yo estaba con ella en la casa, aunque era un día de trabajo. 
De repente llegó mi papá a ver a su nieta. 
Venía con las manos juntas, haciendo un hueco entre ellas. 
Le traía un regalo a la princesita.
Llegó donde estaba la niña y abrió las manos: entre ellas había una mariposa. 
¿A quién más se le habría ocurrido?
Le dio tiempo de mirarla de cerca, de posarla en sus manitos.
¿Cuántos niños han tomado una mariposa sin hacerle daño? 
¿Cuántos niños han tomado una mariposa?
Después la fue a dejar de vuelta al jardín.

1 comentario:

  1. Preciosa la imagen; invalorable el abuelo que cumple tan bien su rol, el de hacernos soñar y despertar nuestra imaginacion al tiempo que nos muestra el lado bello de la vida. Hermosas tus palabras que reflejan la escena con tanta ternura...

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