domingo, 20 de septiembre de 2009

El día que dejé de escribir


Cuando era chica me gustaba escribir harto.
Por eso, escribí un diario desde los ocho años, más o menos. 
Ya mas grande, tenía un cuaderno bien artesanal, donde iba ensayando frases, poemas y todas esas cursilerías que a uno le gusta escribir y que después comparte con las amigas. Se podría decir que ese cuaderno fue para la época, mas o menos lo que esta página es hoy.  Aunque a los 17 años, todo lo que uno escribe es confidencial, y ahora, eso da un poco lo mismo.
Lo malo fue que un día, mi mamá leyó algo de lo que yo había escrito, y me lo hizo saber.  
Desde ese momento, la idea de que mis cosas no eran mías y de que mi privacidad en realidad era una ilusión óptica, me volvió loca. Tanto, que salí a la calle con la bolsa de basura más grande que encontré, donde iban todos mis escritos, fueran secretos o no.  Caminé varias cuadras con ella, hasta que, con el dolor de mi alma,  la tiré por ahí, en un basurero donde consideré que ya nadie podría leer lo que era mío.  Al menos nadie que me conociera.
Así fue que mis cosas llegaron a la basura.   
Ese día juré no volver a escribir mis intimidades, y lo cumplí a cabalidad (hasta ahora).
 

4 comentarios:

  1. Recuerdo este bastante bien este momento...
    Me sucede algo similar a tu hermana, ya que, cuando leo lo que escribes revivo momentos de mi vida también, de los tiempos en que con tanta inocencia mirábamos la vida y el mundo...

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  2. soy del que menos has hablado acá, he visto tus logros y tus desvelos por amononar esto, pero no está resultando mucho... con paciencia y ganas lo haras... y te acabas de dar cuenta que te falta algo, ... quiero reir pero si lo hago te enojaras... mañana lo arreglas, estoy seguro, besos te amo... tu esposo

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  3. Gracias María Eugenia por todo tu apoyo. El de entonces y el de mañana también (ji ji ji)

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  4. Me recordaste una decision que tome cerca de los 18 años, de darle todos mis cuadernos a una amiga para que los guardara, lejos de quienes yo no queria que jamas los leyera. Pero con los años dejamos de vernos y cuando la busque ya no pude encontrarla. A veces me pregunto que habra pasado con todos mis escritos,aunque estoy casi segura de que ya no existen, y me duele haber perdido una parte de mi, que la memoria no es tan fiel en conservar intacta...

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