A veces me pregunto por qué tenemos que ser tan diferentes, hombres y mujeres. Por qué unos tienen que ser de Marte y las otras de Venus, cuando se supone que estamos hechos para convivir armónicamente en un mismo planeta: la Tierra. Nosotras no logramos asumir que no todo tiene que ser tan complicado como lo vemos, y ellos no logran entender que no todo es simple. Es como hablar en chino a un francés...
En días como éste, me parece que el amor de los libros y las películas en realidad nunca ha existido. Que todo lo que tenemos es una tregua, nada más.
Sabias palabras Claudia. He pasado varios días como ese, sin embargo, hay muchos más en que la comunicación y el entendimiento fluye, a pesar de las diferencias. Creo que realmente no logramos comprendernos, pero nos acostumbramos a vivir con nuestras diferencias y a aceptarnos, al menos momentaneamente...
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